LA CIENCIA DEL CONFORT

    El confort es un concepto difícil de medir. En Gore llevamos décadas estudiando los factores internos y externos del confort con la finalidad de desarrollar laminados innovadores resistentes a todos los elementos que reducen el rendimiento.

    FACTORES QUE INFLUYEN SOBRE EL CONFORT
    No podemos controlar las condiciones meteorológicas ni el entorno de trabajo, pero si llevamos prendas que nos ayudan a controlar nuestro propio microclima, el confort aumenta notablemente. Los cuatro elementos que influyen sobre el microclima corporal son el equilibrio térmico, el entorno, el nivel de actividad y el vestuario.

    Equilibrio térmico

    El cuerpo humano trabaja de forma constante para mantener un microclima equilibrado. La cantidad de calor que genera el cuerpo debe coincidir con el calor que pierde; de lo contrario, se produce una reaccioón corporal: si el cuerpo se sobrecalienta, comienza a sudar y si se enfria, empieza a temblar. Para ayudar a mantener en equilibrio la temperatura corporal, debemos ajustar el vestuario como corresponde por ejemplo, poniendo o quitando capas de ropa y abriendo o cerrando cremalleras y ventilaciones. La disipación de calor a través de la ropa se basa principalmente en tres mecanismos:

    Evaporación

    Un cuerpo seco es sinónimo de un cuerpo caliente. ¡Es así de fácil! Si el cuerpo genera calor en exceso, comienza a sudar. Cuando el sudor se evapora, la piel se enfría. Sin embargo, si una prenda no es transpirable, no permite evacuar el sudor en forma de vapor de agua. Si el sudor permanece sobre la piel, la sensación de humedad produce incomodidad.

    Conducción

    Si nos sentamos sobre una superficie fría en invierno, sentimos de inmediato los efectos de la conducción, es decir, la transferencia de calor de un cuerpo frío a uno caliente. La conducción es un proceso muy rápido, por ejemplo el agua transfiere el calor 23 veces más rápido que el aire. El frío húmedo puede proceder del exterior (lluvia, nieve) o del interior del cuerpo (sudor). Esto explica por qué es tan importante que un tejido funcional sea transpirable e impermeable a la vez.

    Convección

    El proceso de convección se produce cuando el aire atraviesa una prenda y provoca el conocido efecto de frío por el viento. Cuando el viento frío atraviesa una prenda (o unos guantes, calzado, etc.), absorbe el calor corporal. Por eso los tejidos cortavientos ayudan a mantener el calor corporal cuando sopla el viento, aunque la chaqueta no lleve forro.

    El entorno

    No podemos influir las condiciones meteorológicas, pero podemos asegurarnos de que no limiten nuestro rendimiento. El tiempo puede cambiar de un día para otro y pasar de ser soleado y caluroso a frío y lluvioso. Además, es necesario protegerse de los peligros intrínsecos a cada trabajo (fuego, combustibles, agentes químicos, sangre, líquidos corporales, etc.). La mejor defensa es un sistema de prendas formado por elementos específicos que proporcionen una protección y un confort duraderos.

    Actividades

    Al realizar una actividad, es extremadamente importante mantener una temperatura corporal constante. La sensación de confort está influenciada por el nivel de actividad, la forma física y la percepción personal del entorno.

    Nivel de actividad

    Cuando nos movemos, el cuerpo genera calor. El exceso de calor produce sudor, y la humedad es absorbida por la ropa. Con la ropa mojada, la pérdida de calor corporal es 23 veces más rápida que cuando se lleva la ropa seca.

    Forma física

    Cuando se está en buena forma física, se percibe menos estrés térmico e incomodidad. Sin embargo, si no se está en buena forma física, la pérdida de confort ante un mismo nivel de actividad se percibe antes. La reacción del cuerpo a su vez influye en el estado de ánimo y puede conducir a un estrés negativo.

    Percepción

    Dos personas en un mismo lugar y vestidas de idéntica manera pueden percibir la temperatura de manera muy distinta, con una diferencia de hasta 12°C.

    Vestuario

    El vestuario que llevamos puesto afecta al rendimiento en nuestro trabajo. Para asegurar el confort y tener el cuerpo seco, el vestuario debe proteger del viento y el agua, así como de otros líquidos. Además, debe facilitar la evacuación del sudor en forma de vapor de agua para evitar los efectos del estrés térmico. De lo contrario, puede perderse la concentración en la tarea que se está realizando, ya que entre los efectos del estrés térmico se encuentra la desorientación y la perdida de capacidad para interpretar de forma correcta la realidad.

    Las prendas, el calzado y los guantes deben ofrecer un buen ajuste y complementar el resto del equipo. Por ejemplo, la chaqueta debe ser resistente a la abrasión para soportar la fricción de las tiras de una mochila pesada, los guantes deben ofrecer la destreza necesaria para manipular el equipo con facilidad y, el calzado, debe ser ligero para no mermar la resiliencia del usuario.

    El equipo adecuado
    Sobrevivir en condiciones extremas no sólo es una cuestión de resistencia, sino también de preparación. Tanto para realizar una misión en las montañas de Afganistán como para extinguir un incendio en un edificio, saber seleccionar correctamente las prendas, el calzado, los guantes y los gorros puede marcar una gran diferencia.

    Prendas

    Combinar distintas capas de prendas es a menudo la mejor manera de equilibrar el calor y la protección. Los sistemas de prendas más habituales (excluidos los trajes para la extinción de incendios) constan de tres capas básicas:

    Capa interior

    Esta capa se lleva directamente sobre la piel. Absorbe el sudor para evitar la pérdida de calor conductivo, que puede provocar sensación de humedad y frío. Los tejidos de alta capilaridad están confeccionados con fibras sintéticas no absorbentes. Estas fibras son aislantes y disipan la humedad de la piel. Las fibras naturales como el algodón o la seda no son apropiadas para las capas interiores porque retienen la humedad. Los tejidos de alta capilaridad y los tejidos transpirables tienen una finalidad diferente: los de alta capilaridad alejan el sudor de la piel, mientras que los transpirables facilitan su disipación a través de la ropa en forma de vapor de agua. Ambos tienen por objetivo mantener el cuerpo seco, pero de diferente manera.

    Capa intermedia

    Esta capa se lleva sobre la capa interior. Su objetivo es atrapar el aire y conservar el calor del microclima corporal. Esta capa debe ser ajustada para evitar que se escape el aire con los movimientos del cuerpo. Los tejidos sintéticos y de lana son una buena opción para la capa intermedia porque no absorben demasiado la humedad y, además, conservan buena parte de su capacidad aislante incluso cuando están mojados. Los trajes para la extinción de incendios tienen una barrera térmica que actúa como capa aislante para evitar la entrada de calor.

    Capa exterior

    La capa exterior protege el resto de las capas del sistema de prendas. Además de impedir la entrada del viento, el agua y el sol, la capa exterior protege de agentes contaminantes como la sangre, los líquidos corporales y las sustancias químicas. En algunos casos, en función del tejido, esta capa también protege del calor y las llamas.

    Calzado

    Por norma general, los pies son la primera parte del cuerpo que entra en contacto con los elementos del entorno (agua, nieve, barro y sustancias químicas). En posición de descanso, un pie genera al día el equivalente aproximado a un cuarto de vaso de sudor. Al realizar una actividad en un clima cálido, cada pie puede generar hasta un vaso de sudor al día. ¿Y adónde va ese vapor de agua? Si el calzado no es impermeable, permanece en su interior. La combinación del sudor y la exposición a los elementos del entorno puede provocar ampollas y otros problemas en los pies. Para asegurar el confort y la seguridad de los pies en el trabajo, los calcetines y el calzado deben tratarse como un sistema integrado.

    Calcetines

    Cuando se está de pie todo el día, es necesario llevar unos calcetines que promuevan el confort y ofrezcan una buena absorción y un secado rápido para mantener los pies secos. Si hace calor, lo mejor es utilizar calcetines ligeros de poliéster y, en invierno, unos calcetines de lana, dado que la lana es un material más aislante, incluso en mojado. Por el contrario, no se recomienda el algodón porque atrapa la humedad y tarda en secarse.

    Botas

    Las botas llevan el peso de todo cuerpo más el peso del equipo que llevamos encima. Por lo tanto, es imprescindible que sean cómodas y ofrezcan un buen ajuste. Las botas de trabajo están disponibles multiples diseños para las diferentes áreas de uso. Para mantener los pies secos, es importante que las botas sea transpirables y faciliten la disipación del sudor, a la vez que repelan el agua y otros líquidos peligrosos. El calzado elegido siempre debe ser el adecuado para afrontar los peligros y condiciones de cada entorno.

    Gorras y gorros

    Es importante protegerse la cabeza para evitar enfriarse. La cabeza puede liberar más calor del que produce el cuerpo; por eso es esencial cubrirla de forma adecuada. Además de proteger de la lluvia y la nieve, una gorra o un gorro deben facilitar la evacuación del sudor para mantener la cabeza seca.

    Guantes

    Las manos pueden llegar a sudar mucho y, cuando hace frío,se ralentiza la circulación sanguínea. Por eso es necesario llevar unos guantes que atrapen el calor, faciliten la disipación del sudor y eviten a su vez la entrada de agua. Además, los guantes no deben limitar la capacidad de trabajo. Si es necesario quitarse los guantes para utilizar una herramienta o un arma, entonces no son los guantes apropiados para esa labor.

    Además de no reducir la destreza, los guantes deben proporcionar el nivel adecuado de estabilidad térmica, resistencia a la abrasión y protección frente a la entrada de líquidos. También debe tenerse en cuenta la importancia en algunos casos de incluir un acolchado adicional en la palma y los dedos.